domingo, 22 de febrero de 2009

DE FIESTA



De fiesta y nuestra preocupación siempre es la misma: que me pongo, que no se repita, y no solo es el vestido, es todo el ritual de la preparación previa de cualquier evento que se inicia muchos dias antes e inclusive meses, dependiendo de la importancia del evento.

El matrimonio de un amigo o familiar implica una serie de preocupaciones y gastos para vernos más bellas que todos los días. Esta preparación comienza desde que nos ponemos a dieta para adelgazar esos kilos demás e inscribirnos a un gimnasio para vernos firmes. Luego comienza la odisea del vestido: el color, la moda, si lo compramos en una boutique o lo mandamos a hacer a nuestra medida y es esto último que a muchas nos da mas de un dolor de cabeza. Debemos escoger una diseñadora o modista de entera confianza, para que no tengamos complicaciones de última hora, esta elección es tan importante que un error es costoso: "¡Que horror!" "auxilio", "¡Me dañaron la tela" porque el vestido "me hace ver más gorda", "es que no se ve bien" y siempre o casi siempre le encontramos algún defecto; y entonces a última hora tendremos que correr a comprar cualquier vestido y el que mandamos a hacer regalarlo, transformarlo o archivarlo porque no te sirve y posiblemente nunca lo vamos a usar.

Ya superamos el tema del vestido, pero simultaneamente tenemos que comenzar a preparar nuestra piel y cabello para ese "gran día", las mascarillas, los tintes, masajes, cortes de cabello y todo esto no se puede hacer el mismo día, debemos tener tiempo de corregir cualquier error que pueda ocurrir.

Llego el día, desde temprano estamos de pie para comenzar la faena y salir sin contratiempos pero todos modos a pesar de esta preparación (como si fuéramos las anfitrionas), nuestro esposo siempre nos tiene que esperar un buen rato para salir.

En la fiesta es otra cosa, los invitados llegan con mucha elegancia muy bien vestidos y con todos los protocolos necesarios; pero cuando la fiesta esta en su punto mas alto y los tragos hacen su efecto, es cuando se olvidan todos estos detalles. Si observamos un vídeo de la fiesta vemos que tiene un inicio bien elegante y protocolario, pero termina en un desorden lleno de anécdotas muy jocosas.